La realidad es
el incidente en el que casi me mata, rompió mi matrimonio (estatus civil) y por
el cual estuve en depresión —por el "amor" que sentí—ha sido el
detonante para un gran cambio… una bendición. ¿Cómo?, se preguntarán.
Gracias a Dios soy optimista y en mi casa siempre me enseñaron a mirar el lado
positivo de las cosas o como se dice en US, “the glass is always half
full.”
Sí, mi vida
cambió. Me di cuenta que el propósito de mi vida es contribuir de la creación
de un nuevo mundo donde existe la equidad REAL entre los géneros, donde las
mujeres son libres (sin arriesgarse a las repercusiones machistas de las
sociedades). No soy feminista, no creo que la mujer es más que el hombre, soy
REALISTA. La mujer es igual al hombre y, por ende, merece el respeto del sexo
masculino.
Mi incidente
de violencia doméstico me abrió los ojos, y me encaminó en la creación de una
marca de moda, (algo que siempre quise hacer), un lifestyle brand que
creará conciencia sobre la violencia doméstico. Si soy una profesional con gran
trayectoria en mercadeo y publicidad, y siempre he querido crear moda, ¿porque
no crear una marca de moda que sea parte de la lucha de violencia machista? Ese
es mi plan, mi meta, mi propósito para que toda mujer se salve de los
"Cesares" del mundo, que son miles y miles. Así que en esas estoy,
una chamaca loca gritando alto, para crear un cambio en las sociedades a través
del mundo.
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